Cía. Elías Aguirre (MADRID)
En el 2008 Elías Aguirre comienza a montar proyectos como compañía de danza y otros en colaboración con importantes coreógrafos y bailarines. Algunos de esos proyectos recibieron importantes premios internacionales y comenzaron a representarse en festivales de los cinco continentes. En el 2010 pasa a formar parte de las compañías residentes del Ayuntamiento de Madrid.
Sus trabajos se caracterizan por la convergencia de técnicas de danza contemporánea, danza urbana y una importante inspiración en la naturaleza. Algunos de esos trabajos son: «87grillos», «Longfade», «Lucha o vuelo», «Flightless», «Shy Blue» y otros en colaboración como «entomo» (colaboración con Álvaro Esteban), «Escuálido Marsupial» (colaboración con Manuel Rodríguez). La compañía recibe apoyo de la Comunidad de Madrid y residencias de creación en los Teatros del Canal. Además la han apoyado otras instituciones para representaciones en el extranjero como: El Instituto Cervantes, la Embajada, Acción Cultural Española (AC/E), AECID, el Ministerio de Cultura y Deportes y SGAE.
Elías Aguirre ha obtenido numerosos premios entre los que destacan: 1º premio Certamen Burgos–Nueva York 2009, 1º Premio Certamen Iberoamericano de Alicia Alonso 2010, 2º Premio Certamen Coreográfico de Madrid 2010, 1º Premio de Artes Escénicas ADAE 2009, 2º Premio Unidanza 2012. Actualmente compagina sus actuaciones y creaciones coreográficas con talleres, exposiciones, charlas sobre fotografía y videodanza (proyecto IMBERMOVES) y la dirección de un festival denominado CUERPO ROMO.
Espectáculos: “Puk e Nuk” “Insecto Primitivo”
Estreno absoluto del espectáculo “Insecto Primitivo”
Puk e Nuk es una nueva propuesta de la compañía para todos los públicos que combina danza y clown. Un viaje de dos personajes muy dispares en el que utilizan técnicas de teatro gestual, danza y humor para dar forma a diferentes escenas un tanto oníricas.
Insecto Primitivo (Insprivo). Los insectos tienen una vida equiparable a una danza: corta, efímera e intensa. Cuerpos que sostienen arquitecturas, como los humanos lo hacemos con nuestras corazas invisibles, con nuestros caparazones y cargas cotidianas. En esta pieza se tratará de armonizar lo desgarrador con la sutil belleza de lo que acontece en los escenarios minúsculos e improvisados de la naturaleza. Ese «ying /yang» en permanente diálogo. ¿Qué pasaría si los humanos viviésemos, cada día, con el recuerdo del memento mori de un insecto primitivo? Quizá nuestra vida, también efímera, podría presentarse como un atávico y sublime baile. Bailar, vivir conscientemente.